lunes, 20 de octubre de 2014

I'm back

Venía volviendo de almorzar, muy apurada había demorado mucho, y cuando el tiempo corre,.... vuela! y tenía que volar también yo, así que apresuré mis pasos, faltaban pocas cuadras cuando percibí un olor, que olor tan desagradable!!! no podía creerlo, en media acera, un buzón pequeño, que había colapsado. Contuve el aire, me puse al ritmo del correcaminos, y aún así no pude escapar rápido de esa peste, cuando ya me alejaba, me di cuenta, que había personas que no habían notado el pequeño buzón, y pisaban lo que de esas aguas corría acera abajo. Si tan sólo habría un aviso, un cartel, que advirtiera, seguramente yo y muchos otros incautos hubieramos cruzado a la otra acera, antes que pasar por esa peste. Pero no había aviso alguno, ni advertencia. En nuestra vida, muchas veces esperamos que se nos adviertan ciertas cosas, damos por hecho, que es responsabilidad de alguien el advertirnos, que ser jóvenes no es fácil, que ser padres no es fácil, que adquirir responsabilidades y luego ser maduros para cumplir con ello es tan distinto. Sin duda, alguien tiene la culpa de que tengamos que pasar por pestes cada cierto tiempo, y ese "alguien" soy yo, y eres tu. Al igual que ese buzón pequeño, tantas veces hay heriditas, pequeños rencores,chiquititudes que siguen dejando peste en nuestras vidas. A veces no lo notamos, a veces si, y tratamos de huir de ellas, contener el aire, y salir corriendo. Pero no es fácil, somos solo humanos, tan llenos de virtudes, defectos, vicios, y muchos llevando mounstruos dentro. Gracias a Dios, que nos dió a Cristo, que sino si estaríamos perdidos, totalmente PERDIDOS. Gracias a Dios que nos dió luz en su palabra, que sino no podriamos distinguir donde hay buzones abiertos en nuestras vidas y fuera de ellas. Gracias a Dios que nos sana, y lava de toda inmundicia, y nos deja limpios y aceptables. "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia." Jeremías 31:3